domingo, 22 de agosto de 2010

CVEEC cada día que pasa es un derroche



Cada día es un derroche sólo la llegamos a tocar una vez en directo. Es una especie de homenaje a los Free Spirits, uno de los primeros grupos que mezcló free jazz, rock, pop y psicodelia. Sólo sacaron un disco, en 1967, y, como suele ocurrir con la gente que se adelanta a su tiempo, en su momento pasaron totalmente desapercibidos (yo sé de su existencia porque es el grupo en el que empezó Larry Coryell). La idea del tema era contar con un saxofonista para ciertas partes de la canción, y para la ocasión se unió a nosotros Curro, un virtuoso coreano al que me presentó el dueño del JazzClub, que se marcó unos solos que dejaron al personal que asistió al concierto con los pelos de punta. Esa era la idea, además, intentar que la cosa resultara bastante agresiva en general. Nadie grabó ese concierto, así que no quedó ni rastro de aquello. En su momento grabé en el local una demo con el tema, una especie de boceto para estudiar las voces y las guitarras, etc y que hace poco volví a escuchar. Por supuesto no había ningún solo de ningún saxofonista porque era eso, un boceto del tema, así que le metí un par de solos de Albert Ayler y Robin Kenyatta para darle el aire que se supone que debe tener la canción. Hay que decir que los solos que Curro tocó en el concierto fueron mucho más violentos y arrebatados y que el tema se prolongó bastante más allá de estos 3 minutos escasos, pero el resultado puede servir para hacerse una idea.

El de Albert Ayler es el solo que abre Music is the healing force of the universe, y el de Robin Kenyatta es una especie de interludio que hay en medio de Thank You Jesus. Sirva pues también como homenaje a Ayler, grande, desafortunado e incomprendido. El 25 de noviembre de 2010 hará 40 años que se lo encontraron muerto flotando en el East River neoyorquino.




No murió en Vietnam, obviamente, pero son cosas que pasan cuando es el ejército quien paga tu entierro.